"Nuestra lengua es el patrimonio más potente que tenemos los países hispanohablantes". Las palabras corresponden a Luis Eduardo Cortés, presidente de la Institución Ferial de Madrid(Ifema) y fueron recogidas por el diario El País de España. Sus dichos se basan en una realidad inequívoca: los números que acompañan al resurgimiento del español como uno de los idiomas más ricos y con potencialidad de la actualidad.
Con mil años de antigüedad, el español se ha convertido en el segundo idioma nativo más hablado del mundo con casi 500 millones de personas. El chino mandarín es el que se ubica en primer lugar, pero contenido mayormente en una sola nación, sin expansión territorial. Y, para sorpresa de muchos, la lengua de Cervantes es también es la segunda en los negocios, luego del inglés.
En términos económicos, la industria del libro española es la cuarta del planeta (sólo se ubica detrás de EEUU, Reino Unido y Alemania) y tiene una facturación que ronda los 4.500 millones de dólares. En tal sentido, el mercado crece no sólo en tierras latinas, sino también anglosajonas. En los Estados Unidos hay 55 millones de hispanoparlantes, lo que equivale al 17% de la población total.
La penetración de esta lengua está presente también en otra esfera clave de estos tiempos: las redes sociales. El español es el tercero más utilizado por los usuarios en internet, detrás del inglés y el chino, lo que habla del crecimiento del interés del público latinoamericano y español por el ciberespacio. Este segmento, en su mayoría jóvenes, guarda íntima relación con otro boom que vive este lenguaje: más de 20 millones en todo el mundo están estudiando su gramática y vocabulario en estos momentos.
El fenómeno editorial en España es tal que la exportación de libros representa el 1 por ciento de todo lo comercializado por el conjunto de las industrias que conforman el Producto Interno Bruto.
Música, cine y televisión, los nuevos "mundos" del español
Pero el idioma español no sólo revoluciona la manera de hacer negocios, sino los negocios en sí. Tal es el caso de una industria que por años estuvo liderada por autores y público anglosajón y que hoy tiene entre sus referentes a latinos de todas las latitudes.
El sector de la música -de él estamos hablando- ha girado sus planes de negocios para un público que hasta hace poco estuvo olvidado. Pero también en la creación de una nueva modalidad: el consumidor que no es hispanohablante y que quiere escuchar canciones en español.
Fue así que Universal, Warner y Sony debieron mutar su concepción respecto de qué buscaba su público. Y lo hicieron a tiempo. Cantantes como Ricky Martin, Shakira, Gloria Estefan, Enrique Iglesias, Rubén Blades, Café Tacuba, entre otros, conforman hoy la elite de músicos de losEstados Unidos y cuentan fans por igual entre norteamericanos y latinos. Sus canciones están siempre en los charts de las más escuchadas por el público más diverso.
Tal es el boom de música en español en el norte de América que desde el 2000 existen losPremios Grammy Latinos, un incentivo y un impulso invaluable para el mercado.
Algo similar sucede con otras dos industrias que representa millones de dólares: el cine y la televisión. Ya no es sorpresa ver a un hispanoparlante subir al escenario de los premios Oscarspara recibir una estatuilla. El cine latinoamericano y el español cuentan con figuras que hacen del lenguaje un arte transformándolo en imagen. Quizás el mayor ícono de esa "conquista" sea Pedro Almodóvar, quien con sus caracterizaciones y films ha hecho un culto único que trascendió las fronteras españolas para expandirse por todo el planeta.
Pero incluso, el español es usado con cada vez mayor frecuencia en series norteamericanas.Breaking Bad, la popular tira norteamericana que rompió todos los records, utilizaba al español en casi todos sus capítulos. Aunque vinculado a lo peor del narco, el idioma era presentado cada vez con más naturalidad a los televidentes.
El impacto del español en la televisión de los Estados Unidos es tal que provocó un profundo cambio en la distribución publicitaria. Con un público calculado en 30 millones de espectadores, las tradicionales e históricas cadenas en inglés han sufrido en los últimos años un descenso en sus ingresos por publicidad. Esa porción del reparto de avisos fue a manos de los canales con opciones en español.
En tal sentido, Univisión fue quien mejor leyó la tendencia: está presente en el 93 por ciento de los hogares hispanohablantes de los EEUU y ya piensa en el futuro: lanzó el canal Fusion, diseñado exclusivamente para el público joven. Una apuesta no sólo al público latino, sino a la proyección de un idioma que no encuentra su techo.
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