A los hombres les crece la barba porque sus folículos capilares de la mandíbula son estimulados por la hormona dihidrotestosterona, que deriva de la testosterona.
Las mujeres tienen la misma cantidad de folículos en el rostro que los hombres, pero son menos sensibles a la dihidrotestosterona y, en todo caso, las mujeres tienen niveles más bajos de testosterona en el cuerpo.
Las barbas pueden haberse desarrollado como una señal evolutiva, para marcar los niveles de testosterona en un hombre. Y las mujeres se sienten atraídas – en sentido evolutivo- hacia barbas más tupidas porque indican que su dueño es un ejemplar fuerte o dominante de la especie.
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