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MISTICOS VS. PSICOTICOS

  • MISTICOS VS. PSICOTICOS

     

    “...Freud (1962) interpretó las experiencias océanicas como indicadores de desvalimiento infantil; Alexander (1931) consideraba la práctica de la meditación como una catatonía autoinducida y el Grupo para el Avance de la Psiquiatría (1976) veía “formas de comportamiento intermedias entre la normalidad y la psicosis”.”(1)

    “Las similitudes obvias entre las regresiones esquizofrénicas y las prácticas del yoga y del zen indican simplemente la tendencia general de las culturas orientales a retraerse en el sí mismo ante una realidad física y social abrumadoramente difícil.” (2)

    ”Independientemente de que algunos estados extáticos y místicos (conversiones religiosas súbitas, preocupaciones metafísicas, etc.) hayan sido estudiados en relación con cuadros neuropsiquiátricos precisos (esquizofrenia, epilepsia del lóbulo temporal), el fenómeno místico per se es susceptible de análisis fenomenológico y neurofisiológico. Existen sintomatologías “psicóticas” puramente culturales, y para comprenderlas es necesario adaptar el enfoque y el lenguaje de la mística, que tanto en Oriente como en Occidente ha tenido representantes que aún tienen mucho que decir al hombre de hoy sobre la “experiencia fructífera del absoluto” (Maritain)” (3)

    Como podemos apreciar en base a lo anteriormente expuesto, en un lapso de medio siglo entre un comentario y otro, simplemente hemos “avanzado” de considerar la experiencia mística y aún el estado místico (diferencia que a su momento habremos de señalar en forma explícita), como una “catatonía autoinducida” para llegar a sintomatologías “psicóticas” puramente culturales, a las cuales “para comprenderlas es necesario adoptar el enfoque y el lenguaje de la mística”.

    En este trabajo pretendemos establecer la existencia de manifiestas diferencias no sólo de grado sino de esencia entre, por decirlo así, el ser místico y el ser psicótico.

    Uno de los exponentes más claros en demostrar dichas diferencias ha sido Ken Wilber, con su modelo de la “falacia pre/trans” (FPT.).

    Para comprender dicho modelo, consideremos –al igual que lo hace este autor- la conciencia como un verdadero espectro de niveles, desde los más bajos a los más elevados. Así podemos considerar estados pre-personales o pre-racionales; niveles personales o racionales; y aquellos que son trans-racionales o trans-personales.

    La falacia FPT. opera cuando elevamos los niveles pre-personales y los equiparamos con los trans-personales, como han hecho los junguianos y sus arquetipos colectivos; o por el contrario, devaluamos los estados verdaderamente trans-racionales y los asimilamos a niveles de carácter pre-racional como lo han hecho los freudianos.

    Obviamente, el modelo médico al ser de carácter empírico-analítico no puede pasar de la simple –aunque no por ello deje de ser importante- medición cuantitativa sin poder establecer parámetros cualitativos de diferenciación.

    Pero no sólo los psicólogos y los médicos y neurofisiólogos han in-comprendido el(los) verdadero(s) estadio(s) transpersonal(es). El conocido mitólogo Joseph Campbell por su parte afirma: “El chamán es una persona (masculina o femenina) que en su tierna adolescencia pasó a través de una grave crisis psicológica, lo que actualmente se llamaría psicosis”. (4)

    Y más adelante refiere: El yoga también es una esquizofrenia intencionada: se rompe con el mundo, se realiza una inmersión en el interior, y el alcance de la visión experimentada es de hecho el mismo que el de la psicosis”.(5)

     

    Por si esto fuera poco, concedanme el agregar un par de estrofas más: “Permitanme que les diga algo que he oído hace poco sobre las maravillas de la zambullida interior esquizofrénica” ; “...lo que quiero decir es que nuestro paciente esquizofrénico está en realidad experimentando inadvertidamente la misma beatífica profundidad océanica que el yogui y el santo siempre se esfuerzan por gozar; la diferencia es que, mientras que éstos nadan en ella, aquél se ahoga”. (7)

    Considero que ni cabe que decir que quien haya visto a una persona esquizofrénica, sabe que ello no tiene nada de “beatífica profundidad” ni de “maravillas de la zambullida”.

    Disculpándonos de y por esta pequeña transgresión, volvemos a destacar la importancia de entender que en un cuadro psicótico no se ha accedido a la diferenciación yo – no yo, puesto que no hay y ni siquiera existe un yo o ego. Y de existir es una estructura de características tan primitivas y frágiles que el menor embate de la realidad puede provocar el consabido “derrumbe psicótico”.

    El místico por el contrario es alguien que ha tras-cendido el ego. En este caso el mismo pasa de ser el centro del sistema de identidad del yo para configurarse como parte de un sistema superior. Es decir, no es ni eliminado ni reprimido, sino integrado como parte co-constitutiva de una identidad superior.

    Creemos oportuno a estas alturas dar cuenta de la diferencia existente entre una mera experiencia mística y un verdadero estado de estas características.

    En el primero de los casos se trata de algo provisional, de una simple experiencia, es decir, hay una toma de contacto con una realidad de nivel superior, pero luego se vuelve al nivel de conciencia desde el que operamos en forma cotidiana, dado que el mismo actúa como un centro de gravedad que nos atrae.

     

    Por el contrario, en el caso de acceder a uno de los niveles transpersonales, estaríamos ante una estructura básica de carácter permanente, o sea, que el sistema de identidad del yo operaría desde y a partir de ese nivel de conciencia.

    En este sentido, consideramos oportuno el uso de este espacio para recalcar, a tono con lo que hemos venido exponiendo, que en todo proceso de desarrollo psico-espiritual siempre es necesario y fundamental contar con un buen asentamiento en los niveles “personales”, es decir, tener presente que debemos tener un ego bien desarrollado e integrado como punto de partida para su posterior y eventual trascendencia. En caso contrario, tengamos en cuenta que mal habremos de poder trascender aquello que ni siquiera hemos podido llegar a estructurar y aún el desear hacerlo puede que no conduzca más que a un debilitamiento y posible derrumbe de un sistema del yo escasamente fortalecido en los niveles racionales, con su consecuente regresión hacia estructuras pre-personales.

    Entendamos bien, el místico es el que ha establecido un ego bien integrado y a partir de ahí se catapulta hacia superiores niveles de conciencia, con el fin de configurar verdaderas estructuras trans-personales. El psicótico, por el contrario, ni siquiera ha logrado establecer y definir un ¿quién soy?.

    Para concluir, cabe realizar una pertinente precisión en lo atinente a si una persona psicótica puede acceder a experiencias trans-personales. Si lo hará, pero interpretará las mismas desde su nivel propio de conciencia así que en vez de afirmar: “Mi esencia divina es una con la esencia divina de la cual todos participamos”, manifestará por el contrario: “Yo soy Dios”, y ya hemos sido testigos de las masacres que ello ha connotado.

     

    Dado que lo anteriormente expuesto es un leve acercamiento a uno de los múltiples implicaciones de la Philosophia Perennis, consideramos oportuno recomendar un sitio para el intercambio de ideas y la reflexión conjunta en:

    http://groups.msn.com/philosophiaperennis-kenwilber/

    Ello pretende profundizar en cuanto a la consideración de modelos emergentes con el nacer de este nuevo milenio y tendientes a generar una verdadera revolución transformativa a nivel personal, social y universal.

     

    BIBLIOGRAFIA CITADA

    (1)   WALSH, R. y VAUGHAN, F. Comp.: “Más allá del ego” – Ed. Kairós/Troquel – 1991, pág. 66

    (2)   Ibid.: pág. 58

    (3)   VIDAL, G. y ALARCON, R.: “Psiquiatría” – Ed. Médica Panamericana – 1986, pág. 655

    (4)   CAMPBELL, J.: “Los mitos” – Ed. Kairós – 1994, pág. 236

    (5)   Ibid.: pág. 242

       Ibid.: pág. 252

    (7)   Ibid.: pág. 253

     

    BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

    -         BHAGWAN SHREE RAJNEESH: “Psicología de lo esotérico” – Cuatro Vientos Ed.    

               – 1980

    -         GROF, S.: “Psicología Transpersonal” – Ed. Kairós – 1994

    -         NARANJO, C.: “Psicología de la meditación” – Ed. 4 Estaciones – 1989

    -         WELWOOD, J. (Ed.): “Psicoterapia y salud en Oriente/Occidente” - Ed. Kairós –

    -         1990

    -         WHITE, J. (Selec.): “La experiencia mística” – Ed. Kairós – 1986

    -         WILBER, Ken: “Los tres ojos del conocimiento” – Ed. Kairós – 1991

    -         WILBER, Ken: “Breve historia de todas las cosas” – Ed. Kairós – 1991

    -         WILBER, Ken: “El ojo del espíritu” – Ed. Kairós – 1991

     

     

    Lic. Germán H. PASTORINI 

    Licenciado en Psicología

    E-mail: gerpas@adinet.com.uy

    Montevideo-Uruguay

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