Todos deseamos tener un jefe comprensivo, empático, dispuesto a escuchar y atento a las necesidades de su equipo de trabajo. Sin embargo, esto no siempre es posible.
Autoritario, maltratador, indiferente narcisista. Se lo puede clasificar de diferentes maneras, pero lo cierto es que el rol del líder es un puesto clave en una organización y que tener un jefe difícil puede llegar a ser muy desestimulante. Entonces, la pregunta es, ¿cómo lidiar con ellos sin que se convierta en una fuente diaria de conflicto?
Muchas veces los jefes confunden la autoridad (una relación superior hacia al subordinado) y el poder (fuerza que permite condicionar y modificar la conducta a través de sanciones) con el liderazgo (la capacidad de influir en las personas para encauzar sus esfuerzos hacia el logro de una meta o metas específicas). Así es como su equipo se convierte en un grupo de enemigos, en vez de funcionar como colaboradores.
Lo cierto es que no todos los superiores llegan al puesto con destreza para desempeñarlo. Sin embargo, es importante recordar que se trata de quien dirige. Hay que bregar con él o ella si realmente se quiere conservar ese empleo. Los especialistas explican que la estrategia es más útil que la emoción: decir que es un monstruo o culparlo no va a ayudar a mejorar la situación. Sólo una estrategia dirigida y un conjunto de tácticas definidas lo harán.
¿Qué se recomienda hacer frente a un jefe difícil?
Despertar el instinto. Observar las rutinas del líder para saber qué conductas prefiere, cuáles son sus puntos fuertes y débiles, puede ayudar a descifrar cómo manejarlo.
Mirar el lado positivo. Concentrarse en lo bueno que un jefe puede aportar. Incluso los peores directivos tienen buenas cualidades. Dejar de lado tu ego y permitirte apreciar a esta persona por lo que hace bien.
No reaccionar emocionalmente. Responder a los gritos con más gritos es ponerse en el nivel del jefe maltratador. Subir un escalón y controlar la respuesta emocional es la clave.
Convertirse en el cambio. Encarnar un clima positivo en la oficina puede ser transformador. Nada es más revolucionario que una sonrisa, ni más contagioso que el buen humor.
Encontrar un mentor. Hay gente que estará encantada de compartir sus conocimientos. Quizá un compañero de categoría superior en tu equipo, un empleado excepcional que haya trabajado para tu competencia o alguien que encontrarás en un foro relacionado con tu sector. Hay alguien ahí fuera con capacidad y voluntad de ayudarte.
El acto de compartir la comida puede romper desconfianzas y llevarnos a abrirnos un poco a los demás. La próxima vez que vayas a pedir comida para llevar con tus compañeros, preguntale a tu jefe si también quiere algo.
Las personas no cambian fácilmente. Se requiere de mucha voluntad pero también de la percepción de que hay un comportamiento disfuncional en el modo de vida o poco beneficioso. Si tu jefe es difícil puede que continúe siéndolo. Aun así, podés ayudar a variar su actitud modificando las reacciones. Dejar de verlo en términos de bueno o malo y centrarse en lo que cada uno puede controlar ayuda a aliviar mucho la situación.
¿ Qué opinas frente a esto? ¿ Cuéntanos tu experiencia?
en verdad ante todo momento debemos tener templanza, sea jefe o cualquier circunstacia... esto no es algo discutible.. es asi y ya
Sumamos al foro un Video sobre "Factores de éxito en una entrevista de trabajo"
Un ejemplo en el que se compara a dos candidatos en su comportamiento ante una entrevista.
Ver Video:
La realidad es que no hay nada mejor como ser nuestro propio jefe. De todas formas, la relación debe ir más allá del rol o de lo estrictamente laboral. Está comprobado que ese tipo de lazos mejora más la productividad que cualquier técnica. Los jefes malos están pasando de moda.