La participación en clase de los estudiantes es fundamental y tiene múltiples beneficios. Aporta a la dinámica de clase y contribuye al aprendizaje del estudiante, al tiempo que trabaja en el desarrollo de la persona ayudándola a superar la timidez con los compañeros, por ejemplo. A continuación, te proponemos explorar algunas ideas que los profesores pueden incorporar para sus clases y así promover una participación activa de sus estudiantes.
Invitá a los estudiantes a participar en clase, realizar comentarios verbales e involucrarse en la conversación para que no haya solo una exposición por parte del docente. Promueve la comunicación entre profesores y estudiantes; una manera de hacerlo es a través del planteo de dudas, preguntas que no hayan realizado en clase y comentarios a través del correo electrónico o plataformas educativas, por ejemplo. Será importante recordarles a los alumnos que escuchar es también parte de la participación y que es necesario desarrollar esa capacidad.
Estar presente no solo significa estar en el salón de clase físicamente, sino también mentalmente. Es decir, es necesario que el docente todos los días esté atento a las interacciones e intervenciones de cada estudiante. Hay muchas maneras de mostrar que el docente está presente. Además, siempre hay que tener en cuenta comportamientos no verbales que transmiten confianza y comodidad, como una sonrisa, un comentario sobre el tiempo o un evento actual. Todas las acciones positivas, así como ver que el docente está comprometido con el contenido del curso y el aprendizaje de los estudiantes, ayudarán a promover la participación de los alumnos en el salón de clases.
La conexión de lo que se aprende con su lado práctico es muy importante para captar la atención del alumno. Muchas veces, el problema de la falta de compromiso con la clase tiene que ver con que el alumno no ve la aplicación práctica o la importancia que tiene lo impartido para su carrera o desarrollo. Esto los lleva a querer aprender de una manera fácil, memorizar la información y estudiar o salvar haciendo lo mínimo posible. Por lo tanto, despertar en el estudiante el sentimiento de compromiso con el aprendizaje será tarea del docente. Los profesores serán los encargados de cautivar la atención y despertar la curiosidad del aprendizaje en los estudiantes.
Los docentes son quienes toman todas las decisiones sobre el aprendizaje de los estudiantes. Ellos deciden los contenidos, la manera de aprender, el ritmo y las condiciones en que aprenderán. Está bueno que los estudiantes puedan aportar y decidir sobre el método de aprendizaje, como por ejemplo ver qué temas desean tratar.
Siempre será bueno diseñar tareas nuevas para que los estudiantes participen en clase. Por ejemplo, plantearles una hipótesis y pedirles la predicción de los resultados o introducirlos a la crítica literaria y que den su opinión. Probablemente no sean los mejores trabajos y cometerán errores, pero trabajar sobre las equivocaciones es una buena manera de aprender. Además, contribuyendo al trabajo de la materia se genera un compromiso con el aprendizaje.
Si el objetivo es la retención de la información a largo plazo y el docente quiere que los estudiantes sean capaces de transferir o aplicar el conocimiento, la mejor manera de cumplirlo es a través de un examen al finalizar el curso. Cada vez que un estudiante se vuelve a exponer a un material ya aprendido, éste se vuelve más fácil de recordar. Probablemente los estudiantes prefieren tener exámenes por unidad y no al finalizar el curso, por eso una buena opción hacer revisiones cada tres semanas y acumular menos información. Esto hará que sea más liviano y ayudará a los alumnos para prepararse de cara a los exámenes más largoss.
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