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RESEÑA HISTORICA
El movimiento estudiantil de Córdoba (Argentina), surgido en 1918, poco después de finalizada la primera guerra mundial, y orientado contra el dogmatismo y la rigidez, tuvo decisiva influencia en la formación de las posteriores generaciones de latinoamericanos. Tal movimiento, en efecto, actualizó el acontecer universitario, sacó a los protagonistas del quehacer académico de su artificiosa torre de marfil y los puso a pensar y actuar en consonancia con las realidades, los afanes y las urgencias de nuestra gran patria latinoamericana.
Los ideales de los jóvenes argentinos también habrían de repercutir en nuestro país. Así, un congreso estudiantil reunido en 1921 fundó la primera Federación Nacional de Estudiantes, de cuya directiva formaron parte Germán Arciniegas, Calixto Torres Umaña y Luis López de Mesa, entre otros. Desde entonces, en los países situados al sur del río Grande se han desarrollado y defendido, con mayor o menor intensidad, principios como el ejercicio de la autonomía universitaria, la enseñanza y la práctica de la ética, el sentido y el sentimiento humanísticos, la vocación latinoamericanista y la identidad con los valores y las prácticas de la democracia.
Enarbolando su entusiasmo por estos postulados, en junio de 1966 ocho visionarios: Raúl Vásquez Vélez, Carlos Medellín, Elberto Gómez Moreno, Eduardo Mendoza Varela, Alberto Téllez Camacho, Jorge Enrique Molina, Darío Samper y Rubén Amaya Reyes, quijotes convencidos, como Shakespeare, de que "El hombre está hecho de la materia de sus sueños", fundaron la Universidad Central. Sueño hecho realidad; realidad nacida de la esperanza en la patria, que merece un destino más justo y acorde con su historia; y en sus instituciones, que tendrán que amoldarse a los tiempos contemporáneos, más complejos y difíciles.
Desde entonces, la Universidad Central brinda una educación integral a sus estudiantes, cuyos esfuerzos están dirigidos a la formación ética, humanística y científica de éstos, así como al conocimiento e identificación de la realidad social del país.
La Universidad Central se ha propuesto formar profesionales idóneos que sean, a la vez, ciudadanos íntegros y líderes aptos para dirigir y orientar procesos socioculturales como los que requiere la construcción de un nuevo país. Así pues, el Claustro se ha preocupado por la calidad profesional, la excelencia académica y la proyección social de sus programas de pregrado y de posgrado.
MISION
Contribuir a la formación de capital social y cultural, mediante el desarrollo de programas universitarios de pregrado, posgrado y educación continuada en ciencias, tecnología, artes y humanidades, que articulen las funciones de docencia, investigación y proyección social en torno a la formación integral de individuos críticos, creativos, sensibles, dotados de un alto sentido de ciudadanía, comprometidos con un proyecto de ciudad y de país ecológicamente viable, productivo, democrático, plural y solidario, y afianzados en su identidad latinoamericana.
VISION
Nuestra Universidad será reconocida en el año 2010 como un centro educativo de excelencia, en el cual:
1. Los estudiantes que lo requieran podrán mantener una actividad remunerada paralela, concediendo la prioridad a su formación, gracias a una organización de la academia y de los servicios de apoyo que les permitirá aprovechar los cambios que se registren en las formas y rutinas de trabajo.
2. La oferta de programas de pregrado duplicará la existente antes de la formulación del PEI.
3. La flexibilidad de la estructura curricular dará acceso a múltiples matices opcionales en la formación y permitirá poner en contexto el conocimiento, generando polivalencia en sus egresados para el desempeño profesional.
4. La formación en la investigación, y para ella, se erigirá como columna vertebral del proceso educativo en el pregrado y el posgrado, y vinculará al estudiante con los problemas nacionales y locales.
5. Se producirá conocimiento científico y tecnológico relevante en todos los campos de desempeño formativo.
6. La investigación pedagógica apoyará la búsqueda de un mejoramiento continuo de la formación.
7. Todas las unidades académicas mantendrán una intensa interacción con el entorno y con los procesos de formación e investigación que se adelanten, se nutran y ganen pertinencia, actualidad y relevancia a partir de ella.
8. El desarrollo tecnológico en informática y telecomunicaciones, así como el logro de una cultura informacional, permitirán la traducción del conocimiento en productos que, al circular internamente, agilizarán los procesos de apropiación y darán el soporte pedagógico necesario para diversificar las alternativas de formación, involucrando lo digital, lo electrónico y lo virtual.
9. Los estudiantes adquirirán una amplia perspectiva de la dinámica internacional y conocerán los escenarios mundiales en que se desenvuelva su profesión o disciplina.
10. Las acciones y servicios de bienestar universitario estarán articulados a procesos y propósitos académicos esenciales y serán coherentes con las condiciones particulares de cada estamento.
11. La Universidad habrá definido una estructura orgánica descentralizada, con procesos regulados, comunicaciones fluidas, decisiones ágiles y sistemas de control y de evaluación eficaces, basados en una gestión moderna.
12. La Universidad combinará acertadamente una organización por Facultades, constituida por grupos de trabajo responsables de la administración de programas y líderes de proyectos de desarrollo estratégico.
13. El cuerpo profesoral estará rodeado de las condiciones necesarias para sentirse partícipe de un proyecto y actor fundamental de una comunidad.
14. La importancia y la calidad de las acciones de proyección social y de investigación consolidarán capacidad y reconocimiento en áreas diversas de consultoría, asesoría, educación continuada, investigación y desarrollo tecnológico, que constituirán fuentes de financiación importantes para los proyectos de desarrollo.
15. Se habrá afianzado una cultura de proyectos y un sentido de participación y de logro.
16. La Universidad se habrá vinculado a otras instituciones del sistema educativo y desarrollará acciones conjuntas con ellas.
17. La Universidad mantendrá programas de apoyo a sus graduados y, a través de tales programas, retroalimentará sus procesos y evaluará sistemáticamente su impacto.
18. La cultura de la evaluación de los procesos y los procedimientos permitirá la realización de un continuo y permanente seguimiento a la ejecución del plan de desarrollo, con el fin de implementar y adecuar los recursos necesarios para el logro de los objetivos y las metas institucionales.
19. Los niveles de calidad, cobertura y eficiencia interna serán plenamente satisfactorios, confrontados con los estándares nacionales